miércoles, 25 de marzo de 2015

LAS GRANDES CORRIENTES

 A lo largo de la historia de América Latina, pero fundamentalmente a partir de la segunda mitad del siglo XX, se han sucedido, intercalado y enfrentado distintas formas de pensar y realizar la promoción social. ¿Por qué estas diferencias? Fundamentalmente e por tres razones: el paso del tiempo y la aparición de nuevas realidades sociales, el surgimiento de nuevas teorías sobre la sociedad y la lucha de los pueblos por construir una sociedad más justa. En efecto, las distintas estrategias han ido surgiendo como respuesta a las necesidades y los retos de cada época. Como las sociedades evolucionan en forma dinámica, la educación de adultos siempre ha procurado —con mayor o menor fortuna— estar a la altura de los nuevos desafíos históricos. Por otro lado, las estrategias se desprenden de las concepciones teóricas que, a su vez, se relacionan con el avance del conocimiento científico. Finalmente, las estrategias surgen de una determinada opción ética y política por conservar o transformar el orden social vigente, y en cada una de estas opciones existen diferentes caminos para alcanzar el objetivo deseado. Además, en un mismo proyecto se observan concepciones y estrategias diferentes y hasta contradictorias. Esto puede deberse, entre otras causas: • a la heterogeneidad de los promotore s qu e participan en el mismo. • a un conflicto de intencionalidades o de racionalidades entre el nivel directivo y el operativo, entre el nivel directivo y la institución financiadora, entre el proyecto y la comunidad, etcétera. • a la complejidad de la realidad sobre la cual se actúa. • a la propia evolución del proyecto.

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